22.6.09

Una Nueva Joya para el Cofre

Cuaderno de bitácora: en un cierto callejón de un puerto populoso visité ayer una pequeña tienda de objetos de segunda mano perteneciente a la organización Traperas de Emaús, encontrando muchos tipos de cosas, entre ellas diversos libros antiguos de matemáticas. Como quiera que tengo cierta debilidad por los libros antiguos, me detuve en verlos, y encontré lo que para mí constituye una joya más para el Cofre de los Tesoros Matemáticos: un libro de Álgebra y Trigonometría de Julio Rey Pastor y Pedro Puig Adam.


Es un libro editado en las Gráficas Afrodisio Aguado, de Madrid, en el año 1940. Para tener 69 años de edad está en muy buen estado de conservación. En la primera página hay una anotación de su dueño original, en tinta verde, con una letra apaisada y dinámica, difícil de leer, que indica el lugar y la fecha: Ceuta, 19-5-44 y debajo una firma en la que parece distinguirse el nombre de Manuel. El libro además viene acompañado de un pequeño cuaderno con tablas logarítmicas y trigonométricas.
Uno de los motivos que hacen de este libro una Joya Matemática es que sus autores son dos grandes matemáticos españoles. Julio Rey Pastor es considerado uno de los matemáticos españoles más relevantes del siglo XX. Nació en Logroño en 1888, estudió Ciencias Exactas en la Universidad de Zaragoza, y obtuvo el doctorado en Madrid en 1909 con una tesis sobre Correspondencia de figuras elementales. Consiguió una cátedra de Análisis Matemático en la Universidad de Oviedo, y posteriormente se le concedieron dos becas, una en 1911 y otra en 1913 para estudiar en Alemania, primero en Berlín, y luego en Gotinga junto a Félix Klein. En 1914 se trasladó a la Complutense de Madrid, y posteriormente en 1921 obtendría un puesto en la Universidad de Buenos Aires. Fue uno de los primeros matemáticos españoles que pudo investigar en buenas condiciones, y es considerado como uno de los grandes renovadores de las matemáticas y de las ciencias en general en todo el mundo de habla hispana. Desarrolló sus investigaciones en diversos campos avanzados de la geometría y del análisis matemático. También es recordado por haber escrito una gran cantidad de libros de texto para los estudiantes y por sus libros de divulgación científica. Murió en Buenos Aires en 1962.
Pedro Puig Adam es otro de los matemáticos españoles más recordados del siglo XX. Nació en Barcelona en 1900 y allí estudió Ingeniería y Matemáticas. Se licenció en Matemáticas e hizo el doctorado en Madrid, donde conoció a Rey Pastor, de quien fue primero discípulo, y luego amigo y colaborador. Obtuvo la Cátedra de Matemáticas del Instituto San Isidro de Madrid, que mantuvo hasta su muerte. En este Instituto tuvo como alumnos a Don Juan de Borbón y a su hijo, nuestro Rey Don Juan Carlos I. Colaboró con Julio Rey Pastor durante muchos años en la redacción de libros de Matemáticas para Bachillerato, que constituyeron la base de la enseñanza en este nivel. Sus aportaciones a la didáctica de las matemáticas han sido muy notables. Murió en Madrid, en 1960. Para saber más detalles, se puede ver esta biografía de Puig Adam, de la que hemos extraído algunos datos.
El libro que encontré ayer es uno de esos tantos que Rey Pastor y Puig Adam redactaron para enseñar matemáticas a nivel de Bachillerato. Trata en su introducción de los números negativos; luego en el capítulo primero desarrolla las expresiones algebraicas, los polinomios y sus operaciones; en el capítulo segundo explica las ecuaciones de primer grado, y en el capítulo tercero los sistemas de ecuaciones; el capítulo cuarto está dedicado a las representaciones gráficas, las funciones lineales y las progresiones aritméticas, el quinto a las raíces, los radicales y las expresiones irracionales, y el sexto a las ecuaciones de segundo grado. En una segunda parte, en el capítulo séptimo estudia la función exponencial y logarítmica, las progresiones geométricas y el interés compuesto; el capítulo octavo está dedicado a la trigonometría, y el capítulo noveno y último está dedicado a dar unas breves nociones de agrimensura y topografía.
Otro detalle interesante es la fecha de su edición: 1940, apenas un año después del término de la guerra civil española. Mientras la pobreza, el hambre y la devastación azotaban al país, y el nuevo régimen dictatorial se afirmaba en el poder, mientras en Europa la Segunda Guerra Mundial estaba en sus comienzos, existían en Madrid editoriales que se dedicaban a editar libros para los estudiantes de Bachillerato de esta época. Aquellos estudiantes vivían en unas condiciones mucho más precarias y básicas que las que tenemos ahora en España; todavía no conocían los bolígrafos (recién inventados en 1938 por los hermanos húngaros Biro, en 1950 aparecieron los primeros bolígrafos BIC) sino que usaban pizarrines, lápices, plumas y tinta china, y ni siquiera soñaban con las futuras calculadoras de bolsillo (popularizadas a partir de 1975), se tenían que conformar con hacer las operaciones a mano o aprender a usar las tablas de logaritmos.
Cuando nos ponemos a leer el libro, desde el primer momento destaca la exposición clara, sencilla y elegante de los conceptos matemáticos. Es un libro pequeño, de un tamaño A5 aproximadamente, y tiene 280 páginas. Los capítulos están subdivididos en lecciones breves, de 4 a 6 páginas cada una, resultando un total de 48 lecciones. Para mi gusto es un libro muy agradable de leer, mucho más que los actuales libros de texto, grandes, de letra pequeña y llenos de colorines. El libro de Rey Pastor y Puig Adam va al grano, es muy concreto y se entiende con facilidad; es un libro pensado para llegar a los lectores de la forma más accesible. Tengo la opinión de que se necesita una concentración y un esfuerzo mucho mayor para poder leer y estudiar un libro de texto actual que para uno de estos libros de hace setenta años. Pero es que ahora estamos más avanzados que antes. También me gustaría señalar otro detalle: el libro de Rey Pastor y Puig Adam pesa mucho menos que un libro de texto actual, y esto es importante, ahora que se habla tanto del peso excesivo de las mochilas de los grumetes y se quieren buscar soluciones a ello. Basta hacer libros más pequeños, con papel menos pesado y un contenido más ajustado.
Definitivamente, prefiero los libros de Rey Pastor y Puig Adam a los actuales. Pero claro, no estamos hablando de unos autores cualesquiera. Y es posible, como dije al principio, que me esté dejando llevar por esa atracción hacia los libros antiguos. Nada hace más valiosa una Joya que la historia que atesora y el largo tiempo que se lleva enterrada entre las arenas de una isla perdida, esperando al afortunado matenavegante que disponiendo del mapa adecuado sepa encontrarla y sacarla a la luz.

1 comentario:

lamberto palmart dijo...

Estupenda, completa y detallada descripción. Demuestras una gran sensibilidad por los libros antiguos. Así que si aunas libros antiguos y matemáticas tal vez te guste el último artículo de mi blog.

http://www.mislibrosantiguos.blogspot.com

Saludos cordiales